lunes, 6 de enero de 2020

Recreos en la biblitoteca



Cuando nos gusta leer, cualquier lugar es bueno.  No importa si hay ruido o movimiento, porque nos “metemos en el libro” y nos transportamos.
Para que la biblioteca sea un lugar de lectura, hay que empezar por tener la puerta abierta.  No se puede cerrar si no hay realmente una buena razón: un grupo está dentro leyendo o escuchando y necesita que no circule gente. 
Si la sala es grande, eso cambia un poco.  Pero igual hay que tener abiertas la puerta y la mente. 
Los libros al alcance de los usuarios y exhibidos de forma atractiva, las novedades a mano, los que “no se llevan a casa”, siempre llaman a leer más.
La biblioteca se vuelve un lugar divertido, con cosas para hacer (origami, juegos de mesa, lecturas rápidas) y lo mejor: un espacio de encuentro con quienes sienten es mismo interés y amor a los libros.
Se convierte así a la biblioteca, otra vez, en un espacio de libertad y magia, de imaginación y creatividad, de alegría y amistad.


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